Hay varios aspectos primordiales para cualquiera que se plantee dedicarse al day trading: En primer lugar, es estresante y requiere una concentración total durante largos periodos de tiempo.
Si estás apostando grandes cantidades a pequeñas fluctuaciones, como en el mercado de divisas, no puedes permitirte perder ni un solo pip.
Aprende las señales de tu cuerpo.
Si te sudan las palmas de las manos, tienes visión de túnel, piensas en cualquier cosa menos en la operación, cierra, levántate y tómate un descanso.

En segundo lugar, hace falta dinero.
Como cualquier otra profesión o incluso HOBBY, hay una curva de aprendizaje, y con las finanzas puedes esperar hasta dos años hasta que empieces a ganar dinero de forma regular.
Asegúrate de que tienes cubiertos todos los gastos de manutención durante ese periodo.
Decide cuánto dinero estás dispuesto a perder durante ese periodo y divídelo en 520 días laborables, más o menos.
Si obtienes beneficios, decide si quieres retirarlos o añadirlos a tu patrimonio; pero NO traspases, bajo ningún concepto, ese límite diario de 520 días.
Tal vez quieras empezar como un pasatiempo de 2 horas diarias hasta que dejes tu trabajo diurno.
Pero hagas lo que hagas, NO reembolses tu cuenta hasta que haya transcurrido el periodo de 2 años o tengas unos ingresos estables.

La gestión del riesgo es fundamental.
Decide tu relación riesgo-recompensa y cíñete a ella.
Tu regla empírica de 1:20 – 5:100, etc.
Nunca inicies una operación sin un stop loss, y NUNCA intentes ser más astuto que el mercado.
Evidentemente, cuanto más experto técnicamente seas, mejor podrás LEER el mercado, de modo que lo que puede PARECER que es ir contra el mercado, en realidad no es nada de eso.

Recuerda: el dinero es un asunto serio.
Es TU dinero, ¡debes tomártelo EN SERIO!