Cobertura
La cobertura es una estrategia de gestión del riesgo utilizada para proteger las inversiones de movimientos adversos de los precios.
Al adoptar una posición de compensación en un valor relacionado, los operadores pueden reducir las pérdidas potenciales de su inversión principal.
Las técnicas de cobertura habituales incluyen el uso de opciones, contratos de futuros y otros derivados.
Por ejemplo, un inversor que tenga una acción puede comprar una opción de venta para protegerse de una posible caída del precio de la acción.
Aunque la cobertura puede limitar las pérdidas, también puede limitar las ganancias potenciales.
Esta estrategia es esencial para gestionar la incertidumbre y mantener la estabilidad en un mercado volátil.
Así que, para ser sensatos al respecto, preguntémonos contra qué nos estamos cubriendo: cuáles son los RIESGOS que conlleva el comercio.
En las materias primas, el riesgo surge del valor del activo debido al aumento de la oferta, la disminución de la demanda, factores estacionales, etc.
El riesgo crediticio implicaría la quiebra de la empresa emisora de una acción.
El riesgo de divisas surge de factores geopolíticos, principalmente, pero también de la reacción de un banco central a factores económicos.
El riesgo de volatilidad podría derivarse de uno de estos factores, pero también de la pura mecánica del mercado: una pérdida repentina de liquidez, por ejemplo.
El riesgo de renta variable es el resultado de que tu activo simplemente pierda valor, principalmente las acciones.
Y el riesgo de volumen significa simplemente que, de repente, nadie está interesado en el activo.
A cada una de ellas corresponde una respuesta propia de cada sector.
Así, por ejemplo, las empresas exportadoras suelen cubrir sus ganancias exportando a varios mercados o extendiendo la fabricación para compensar el riesgo; los comerciantes de materias primas invierten en contratos de futuros para compensar las fluctuaciones de la divisa y la producción.
Un inversor podría invertir en dos empresas competidoras, yendo en largo en la empresa con mejores resultados y en corto en la de peores resultados.
Si el sector en su conjunto mejora o se mantiene estable, los beneficios de la primera serán menores, pero también lo serán las pérdidas si el sector fracasa.
En última instancia, el inversor sacrificaría algunos beneficios, pero también reduciría las pérdidas potenciales.
Éste es un ejemplo de diversificación de tu cartera, y todos los buenos inversores lo hacen.
Otra posibilidad es comprar bonos corporativos de alta calidad de la misma empresa de la que tienes acciones.
Como el valor de un bono está relacionado con los tipos de interés, cuanto más alto sea el interés, más atractivo será el bono.
Por otra parte, cuanto más alto sea el tipo de interés, menos valor tendrá una acción, debido al aumento del coste de pedir dinero prestado.
Además, el valor de las divisas suele aumentar junto con los tipos de interés, lo que encarece el producto de una empresa en el extranjero.
Las opciones vainilla son uno de los instrumentos más populares para la cobertura, y las examinaremos en futuras lecciones.
Mientras tanto, imagina que tienes acciones de una empresa.
Crees que su valor aumentará, pero por si acaso, compras opciones de venta sobre el mismo activo -opciones que te permiten vender el activo en el futuro, pero no una obligación-.
Si la acción sube, simplemente no ejerces la opción; si baja, vendes al precio de ejercicio.
Por último, invertir en activos refugio es otra forma de cubrir tu cartera.
El oro, por ejemplo, mantiene su valor relativo gracias a una producción limitada.
Se cotiza en dólares, de modo que cuando uno sube el otro baja; y en tiempos de tensión, los comerciantes acuden en masa al oro, aumentando la demanda sobre una oferta limitada.
El resultado es que el oro sube cuando el resto del mundo se hunde.
Otra forma sencilla de cubrirse es invertir en activos relacionados.
Canadá, por ejemplo, es un gran productor de petróleo.
Si abres una posición en petróleo, abre una posición contraria en el dólar canadiense-estadounidense.
Si el petróleo sube, la economía canadiense mejora; si baja, el loonie se deteriora.
Así, si abres una posición de compra en el petróleo, podrías compensarla con una venta a menor escala en el CADUSD.
Si tu posición fracasa, recuperarás parte de tus pérdidas en el dólar canadiense.
Si tienes éxito, tu pérdida en el CADUSD amortiguará el golpe.
El resumen es sencillo: diversifica tu cartera y prepárate siempre para lo peor.
Nunca presumas de que una posición es algo seguro.
Lo más probable es que cuanto más segura sea, más necesites cubrirla.